00
1 (11)
1 (12)
1 (13)
1 (14)
1 (15)
1 (16)
1 (17)
1 (18)
1 (19)
1 (22)
1 (23)
1 (24)
1 (25)
1 (26)
1 (27)
1 (28)
1 (29)
1 (31)
1 (32)
1 (33)
1 (35)
1 (36)
1 (37)
1 (38)
1 (39)
1 (40)
1 (41)
1 (42)
1 (43)
1 (44)
1 (45)
1 (46)
1 (47)
1 (49)
1 (50)
1 (51)
1 (52)
1 (53)
1 (54)
1 (55)
1 (56)
1 (57)
1 (58)
1 (59)
1 (60)
1 (62)
1 (63)
1 (1)
1 (1)
1 (2)
1 (2)
1 (3)
1 (3)
1 (4)
1 (4)
1 (5)
1 (5)
1 (6)
1 (7)
1 (9)
1 (10)
1 (1)
1 (1)
1 (2)
1 (2)
1 (3)
1 (3)
1 (4)
1 (4)
1 (5)
1 (5)
1 (6)
1 (7)
1 (9)
1 (10)
1 (11)
1 (12)
1 (13)
1 (14)
1 (15)
1 (16)
1 (17)
1 (18)
1 (19)
1 (22)
1 (23)
1 (24)
1 (25)
1 (26)
1 (27)
1 (28)
1 (29)
1 (31)
1 (32)
1 (33)
1 (35)
1 (36)
1 (37)
1 (38)
1 (39)
1 (40)
1 (41)
1 (42)
1 (43)
1 (44)
1 (45)
1 (46)
1 (47)
1 (49)
1 (50)
1 (51)
1 (52)
1 (53)
1 (54)
1 (55)
1 (56)
1 (57)
1 (58)
1 (59)
1 (60)
1 (62)
1 (63)
00

Nanas de la Cebolla

Pepe Baliñas Pérez de 6º de Primaria ha elegido este  poema de Miguel Hernández

Nanas de la Cebolla

La cebolla es escarcha

cerrada y pobre.

Escarcha de tus días

y de mis noches.

Hambre y cebolla,

hielo negro y escarcha

grande y redonda.

En la cuna del hambre

mi niño estaba.

Con sangre de cebolla

se amamantaba.

Pero tu sangre,

escarchada de azúcar,

cebolla y hambre.

Una mujer morena

resuelta en luna

se derrama hilo a hilo

sobre la cuna.

Ríete, niño,

que te tragas la luna

cuando es preciso.

Alondra de mi casa,

ríete mucho.

Es tu risa en los ojos

la luz del mundo.

Ríete tanto

que mi alma al oírte

bata el espacio.

Tu risa me hace libre,

me pones alas.

Soledades me quita,

cárcel me arranca.

Boca que vuela,

corazón que en tus labios

relampaguea.

Es tu risa la espada

más victoriosa,

vencedor de las flores

y las alondras.

Rival del sol.

Porvenir de mis huesos

y de mi amor.

La carne aleteante,

súbito el párpado,

el vivir como nunca

coloreado.

¡Cuánto jilguero

se remonta, aletea,

desde tu cuerpo!

Desperté de ser niño:

nunca despiertes.

Triste llevo la boca:

ríete siempre.

Siempre en la cuna,

defendiendo la risa

pluma por pluma.

Ser de vuelo tan alto,

tan extendido,

que tu carne es el cielo

recién nacido.

¡Si yo pudiera remontarme al origen

de tu carrera!

Al octavo mes ríes

con cinco azahares.

Con cinco diminutas

ferocidades.

Con cinco dientes

como cinco jazmines

adolescentes.

Frontera de los besos

serán mañana,

cuando en la dentadura

sientas un arma.

Sientas un fuego

correr dientes de abajo

buscando el centro.

Vuela, niño, en la doble

luna del pecho:

él, triste de cebolla,

tú, satisfecho.

No te derrumbes.

No sepas lo que pasa

ni lo que ocurre.

Sopa de Cebolla

Ingredientes

  • 4 Cebollas blancas
  • 250  ml Vino blanco seco
  • 1 l Agua
  • 50 g Mantequilla
  • 15 ml Aceite de girasol
  • 10 g Harina de trigo
  • 100 g Queso emmental rallado
  • 1 Pan baguette
  • Sal
  • Pimienta negra molida


Modo de Elaboración

  1. Cortamos todas las cebollas en juliana. Calentamos una olla con el aceite vegetal en la que derretimos 30 gramos de mantequilla. Le agregamos luego las cebollas en juliana y salpimentamos. Cocemos a fuego lento por unos 20 minutos.
  2. Agregamos la harina y removemos. Dejamos un par de minutos más en la lumbre antes de añadir el vino blanco y el litro de agua sin dejar de revolver. Ajustamos el punto de sal y pimienta al gusto si es necesario. Cocemos a fuego bajo por unos 30 minutos más.
  3. Cortamos el pan baguette en rodajas de unos tres o cuatro centímetros de ancho, les untamos mantequilla de ambos lados y las colocamos en el horno a 180ºC por unos 10 minutos. Las volteamos y dejamos otros 10 minutos para que se doren de los dos lados. Si compramos el queso entero lo rallamos finamente.
  4. Para servir la sopa colocamos cada porción en un cuenco para horno, acomodamos el pan tostado y espolvoreamos el queso rallado sobre el pan y la sopa. Ponemos en el horno caliente a 220ºC por unos tres a cinco minutos para que el queso gratine y servimos inmediatamente.

Receta