Bueno, pues yo he elegido esta foto porque creo que es la que mejor representa lo que la bici significaba para mí en aquellos maravillosos años de instituto: libertad y amigos.
Cómo podéis comprobar, la bicicleta era el nexo de unión entre esos dos grandes componentes de mi vida, disfrutar de los amigos y de la sensación de poder ir a donde quisiéramos, dentro de nuestras posibilidades, pero intentando no ponernos límites.
La fotografía se corresponde con una escapada que hice con mi hermano y mis amigos para acampar cerca de un pueblo de Cantabria muy bonito, que se llama Pámanes. Podréis apreciar que llevamos mochilas, esterillas, y tiendas de campaña, ya que en aquella época estaba permitida la acampada libre, y nosotros lo aprovechábamos para “podernos escapar”. No importaba el tiempo, si llovía o no; no importaba si la carretera iba hacia arriba o hacia abajo, nosotros nos ataviábamos, cogíamos la bicicleta, y como se decía cuando aquello, “tira millas”.
Además, de eso, éramos unos buenos aficionados al ciclismo, y recuerdo con mucho cariño, aquellos veranos en los que en los días del mes de julio, veíamos los finales de etapa del Tour de Francia, aplaudiendo las gestas de Perico o Induráin, y acto seguido, nos juntábamos un montón de gente, para disfrutar de ese ciclismo en primera persona, subiendo y bajando altos y puertos, 30, 50, 70 kilómetros…, durante los que disfrutábamos del esfuerzo, y sobre todo, de la compañía; y por supuesto de una buena merienda en lo alto de alguna cuesta.
Esa actitud nos permitió sacar el máximo provecho de lo que teníamos: buena compañía, ganas de explorar un entorno maravilloso, gusto por la bicicleta, y ansias de libertad
Javi, profe
Esta actividad forma parte del proyecto Bicicletea y cuenta para su desarrollo con una subvención de la Consejería de Universidades e Investigación, Medio Ambiente y Política Social del Gobierno de Cantabria, dentro del Plan de Movilidad Ciclista de Cantabria.