Las mamás de Goti ( Gema, Mª José y Mar) os invitan a compartir este cuento que lasa chicas y chicos de priemro y segundo de Primaria conocen muy bien.
¿ Qué quién es Goti? Preguntad a vuestros hijos, ellos seguro que han concocido a Goti, nuestra mascota!!
Este cuento incluye al final un areceta muy divertida.
Érase un niño que vivía en un lejano país en el que hacía tanto tiempo que no llovía, que ya nadie recordaba cómo era la lluvia.
Este niño se llamaba Tauat.Tauat tenía una pasión, » el ajedrez».Tauat había oido decir que el ajedrez era » algo más que un juego»
Tauat había oído contar que las diagonales del tablero tenían algo que ver con » raiz cuadrada de dos», pero aquello no le decía nada.
Una noche, Tauat soñó una partida, estaba jugando con su amigo Uatat.
No lograba concentrarse en la posición que ocupaban las figuras en el tablero, le interesaban más los espacios libres que los ocupados.
Un poco aturdido dejó de soñar y recuperó su apacible sueño de cada noche.A la mañana siguiente le contó este extraño sueño a su amigo Uatat.
Un dia Tauat y Uatat, como habían hecho tantas veces, estaban jugando una de sus partidas de ajedrez a la sombra del ciprés,que los había visto crecer, cuando sucedió algo que los dejó maravillados.
El tablero apareció coloreado con unas increíbles franjas de colores. Maravillados y sorprendidos, permanecieron mirandose unos segundos, antes de que, asustados, miraran al cielo.
Y vieron que el origen de aquellos reflejos no era ni más ni menos que el «ARCO IRIS». Algo tan natural para nosotros resultaba incomprensible nuestros amigosTauat y Uatat. Natualmente,¿ cómo no iba a ser incomprensible ?, ¡ si no conocían la lluvia!
Y si no conocían la lluvia, ¿ qué bebían?, ¿de donde ?. Pues bebían agua, naturalmente, agua procedente de un magnífico y caudaloso rio que atravesaba su país, aunque nacía en las lejanas montañas de otro muy lejano, donde sí conocían la lluvia y el arco iris.
Pasaron los años y nuestros amigos Tauat y Uatat se hicieron mayores. Tauat se hizo Ingeniero y ayudó a construir cientos de pozos para abastecer de agua a muchos poblados , y que así no tuvieran que recorrer varios kilómetros cada día para ir a buscarla al río. Uatat se hizo Químico, y ayudó a potabilizar el agua que bebían en aquel lejano país.
A pesar de sus profesiones, Tauat y Uatat no dejaron nunca de jugar al ajedrez, llegando a convertirse en magníficos maestros para niños y mayores.
Y así fue como nuestros amigos pudieron «ver» que a cada partida de ajedrez le corresponde una única composición cromática.
Y estos fueron los colores que nuestros amigos Tauat y Uatat vieron reflejados en su tablero de ajedrez aquel día cuando eran pequeños….