Llegó el día de la gran fiesta y llegó ….¡con mucho viento! ¿Dónde se iba a llevar los sombreros, diademas y otros adornos? ¿Podríamos hacer la gran Quema del Librón?
Al final el viento «se portó» y, salvo los juegos que pasamos del exterior al interior, disfrutamos del día completo.







































