En Navidad preparamos nuestros talleres» tradicionales»: la tarjeta de felicitación para mandar a nuestras casas, un adorno para colgar y las bolsas portatrabajos.
Era imprescindible meter las tarjetas en sobres con nuestras direcciones y llevarlas al buzón para que el señor cartero hiciera su trabajo, así que grupo a grupo nos fuimos de mañana hasta la rotonda de Revilla porque allí está el buzón.
Cada camino es diferente aunque sea el mismo, pasamos una y otra vez por los mismos sitios y siempre descubrimos algo nuevo: el riachuelo mas lleno, los adornos en las casas, el perro en la valla, un tractor aparcado, flores nuevas en la tienda de plantas…