Rondaría los 3 años y tengo recuerdos de andar en bici sin ruedines con la ayuda de mi padre y mi abuelo, ambos se turnaban para descansar su espalda y capear mis ansias de aprender a montar solo en aquella bicicleta azul.
Guardo nítidas imágenes de verme ayudado y de perseguirme mis familiares por la antigua Plaza de Jose Antonio de Santander y de los Jardines de Pereda.
No se me daba mal y según parece, fui bastante precoz, además de temeroso, porque me contaron que me daba buenos castañazos pero que me levantaba y continuaba intentándolo. Tal era el ímpetu que en una sola tarde pasé de andar con ruedines a no tenerlos y desplazarme con solvencia por la actual Plaza Pombo.
Desde aquellos días con gratos recuerdos, no he dejado de tener bici de diferentes marcas, tamaños y colores, hasta el día de hoy que ando inmerso en enseñar a mi hija como también me enseñaron a mi.
David, profe de 2º de Primaria
………………………………………………………………………….
Esta actividad forma parte del proyecto Bicicletea y cuenta para su desarrollo con una subvención de la Consejería de Universidades e Investigación, Medio Ambiente y Política Social del Gobierno de Cantabria, dentro del Plan de Movilidad Ciclista de Cantabria.