Es tiempo de vendimia en muchos lugares y nosotro/a hemos celebrado una pequeña gran fiesta con las uvas que nos han regalado Goyo y Susana. Tienen una viña en Molinaseca, un pueblo del Bierzo, y de sus cepas cuelgan unos racimos grandísimos de frutos dorados.
Como el regalo era abundante , además de comerlas ¡están riquísimas!, decidimos hacer una «pisada»: desgranamos las uvas del racimo en bandejas, luego las volcamos en un recipiente, nos quitamos zapatos y calcetines y… ¡a aplastar!
Lo hemos disfrutado mucho y seguro que nos hemos beneficiado de sus propiedades antioxidantes.
Mañana de aperitivo tenemos uvas bercianas.