00
1 (11)
1 (12)
1 (13)
1 (14)
1 (15)
1 (16)
1 (17)
1 (18)
1 (19)
1 (22)
1 (23)
1 (24)
1 (25)
1 (26)
1 (27)
1 (28)
1 (29)
1 (31)
1 (32)
1 (33)
1 (35)
1 (36)
1 (37)
1 (38)
1 (39)
1 (40)
1 (41)
1 (42)
1 (43)
1 (44)
1 (45)
1 (46)
1 (47)
1 (49)
1 (50)
1 (51)
1 (52)
1 (53)
1 (54)
1 (55)
1 (56)
1 (57)
1 (58)
1 (59)
1 (60)
1 (62)
1 (63)
1 (1)
1 (1)
1 (2)
1 (2)
1 (3)
1 (3)
1 (4)
1 (4)
1 (5)
1 (5)
1 (6)
1 (7)
1 (9)
1 (10)
1 (1)
1 (1)
1 (2)
1 (2)
1 (3)
1 (3)
1 (4)
1 (4)
1 (5)
1 (5)
1 (6)
1 (7)
1 (9)
1 (10)
1 (11)
1 (12)
1 (13)
1 (14)
1 (15)
1 (16)
1 (17)
1 (18)
1 (19)
1 (22)
1 (23)
1 (24)
1 (25)
1 (26)
1 (27)
1 (28)
1 (29)
1 (31)
1 (32)
1 (33)
1 (35)
1 (36)
1 (37)
1 (38)
1 (39)
1 (40)
1 (41)
1 (42)
1 (43)
1 (44)
1 (45)
1 (46)
1 (47)
1 (49)
1 (50)
1 (51)
1 (52)
1 (53)
1 (54)
1 (55)
1 (56)
1 (57)
1 (58)
1 (59)
1 (60)
1 (62)
1 (63)
00

Todo esto con yogur

Aprovechando los lacasitos y la leche que nos había sobrado del experimento de colores preparamos yogur del que se hace en casa con las yogurteras.

Elegimos 10 lacasitos de un color para poner en el fondo del vasito, echamos una cucharada de yogur del que comemos en el cole, rellenamos hasta el borde con leche, removimos con una cucharita y tapamos. Colocamos los vasitos en las yogurteras y enchufamos pero … a Cova se le olvidó dar al botón de una de las yogurteras. Lo descubrimos porque unos yogures estaban hechos y otros ¡NO! Así que unos fueron a la nevera y pusimos en marcha los otros.

Al día siguiente terminamos el proceso y desayunamos yogur de colores, miel de Liébana, mermelada de higo de la higuera del cole y cereales.

Y no terminó ahí la tarea con el yogur porque teñimos el yogur con colorante y lo usamos para pintar, recuperamos un caballito de mar “perdido” y lo llevamos al Mar Rojo.